Invierno
Me he preparado para el acecho, en casa nadie me pedirá que apague el cigarrillo mientras escribo, por vez primera, un blog.
Si el amable y fortuito lector se pregunta por qué escribo, cuál es la impúdica razón que me mueve a contribuir con mi verbo los infinitos verbos que la Red conjuga, habré de responder que escribo aquí por apetencia de diálogo, cierta disciplina, curiosidad, soledad y tímido exhibicionismo. Desde el momento en que dejo que otros me lean, me desnudo gramaticalmente, pero no por ello dejo de sentir vergüenza.
Vale.
Si el amable y fortuito lector se pregunta por qué escribo, cuál es la impúdica razón que me mueve a contribuir con mi verbo los infinitos verbos que la Red conjuga, habré de responder que escribo aquí por apetencia de diálogo, cierta disciplina, curiosidad, soledad y tímido exhibicionismo. Desde el momento en que dejo que otros me lean, me desnudo gramaticalmente, pero no por ello dejo de sentir vergüenza.
Vale.
5 Comments:
Te desnudas porque dejas ver lo que hay dentro, lo que finalmente, y desde el principio, te ha formado: la palabra... la palabra que atrapas en tus lecturas, la palabra que juegas en la imaginación, quizá la misma que se comprime de nervios y flota de emoción, la que finalmente escapa, escapa mezclada en ti y por ti, tornándose autónoma... ya no te necesita aunque te siga trayendo más palabras...la respuesta... el inicio del diálogo...la continuación de una charla... el regreso...
Siempre el regreso, sí.
¿Puede uno regresar con las palabras? las mismas palabras regresan a uno con el tiempo... ¿regresa uno con ellas?
Las palabras tienen (esto lo aprendí de un Heidegger selvático)el poder de invocación, la invocación llama a venir desde la ausencia... y nosotros, las cosas, el mundo entero llega a presencia en la invocación, cuando la palabra llama.
Luego, también, las palabras hacen lo que les da la gana, regresan a uno y nos abandonan, se muestran y se esconden, dan y quitan.
Creo, usuario anónimo, que sí regresamos con ellas...a ellas, para ellas, desde ellas, en ellas, mediante ellas, por ellas y ¿por qué no? a veces contra ellas.
chillen, putas! ¿No fue Paz quien dijo esto? Se refería a las palabras, quizá también queriendole retorcer el cuello al cisne!
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