Día mundial de la diabetes
La mayoría de los testimonios
suelen ser de personas mayores, pocas veces se les da voz a los niños, víctimas
también de esta condición crónica. Las dependencias sanitarias acostumbran
pasar por alto la distinción entre diabetes tipo 1 y tipo 2, enarbolando una
retórica que busca ser de prevención pero termina siendo de culpa: obesidad,
sedentarismo, mala alimentación. K. no tuvo tiempo siquiera de llevar malos
hábitos, como muchos otros niños y adolescentes, apenas si tuvo tiempo de nada,
antes de los 2 años ya había “debutado”.
Me gusta visitar con ella el sitio YouTube, donde abundan
vídeos que suben familias de niños valientes, filmados mientras explican su
rutina de medición de glucosa, se preparan la inyección de insulina, se la
colocan ellos mismos, narran sus pequeñas grandes vidas, su plan de comidas,
sus actividades, sus nombres…
K. se inyecta sola desde hace tiempo, a falta de pasteles y
dulces, adora el pepino y la jícama. Su cumpleaños está cerca. Cada año su
piñata va preñada de golosinas sin azúcar, que llueven igual que desde
cualquier piñata rota. Sigue siendo, como siempre, ejemplo y modelo. Valgan
estas líneas como reconocimiento a todos esos niños valerosos, estoicos, a las
familias que los arropan, que los vigilan, que celebran sus vidas. A los médicos, y a los científicos dedicados a
desentrañar los misterios de las células beta.
2 Comments:
La retórica culposa es también pulposa: se extiende. Habrá quien dirá que la genética es la causante, y si no, el adulto sufre su falta de dulzura y se la cobra al cuerpo, a los órganos... Pero el niño, el niño...Me recuerda a Ivan Karamazov cuando devuelve el billete, o al doctor en la epidemia de las ratas que llevan la peste...
Pero lo que dice Ud. de K...es diferente: hay alegría(no la hay en la literatura que he mencionado). Gracias por su reconocimiento, ojalá llegue a muchos lectores, varios de ellos diabéticos -a veces sin saberlo! Por eso K sigue siendo ejemplo y modelo: Sin conocerla siento cariño hacia ella! gracias por compartir su experiencia!
Oh, no mencione usted a ese Ivan Karamazov que tantos interrogantes nos ha despertado. Yo también he querido devolver el billete incontables veces...
K. es una niña preciosa, le gustará saber que tiene un nuevo amigo.
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